
Por | lavozdelinares.cl
Este 1 de mayo, como cada año, Linares conmemora el Día Internacional del Trabajo, una fecha que trasciende la celebración y se convierte en recuerdo y reivindicación. Pero más allá de las marchas actuales o discursos oficiales, hay una historia local de lucha obrera que muchas veces queda olvidada.
Linares, 1925
En los registros del historiador Mario Rojas Tapia, autor de Linares: Apuntes para su historia social (Ediciones del Maule, 1987), se documenta una de las primeras huelgas obreras organizadas en Linares. Fue en 1925, cuando trabajadores de aserraderos, albañiles y peones agrícolas se unieron para exigir mejores condiciones laborales y el pago puntual de sus jornales.
“Los trabajadores se congregaron en la actual Plaza de Armas con pancartas y banderas rojas, en un acto sin precedentes en la ciudad. Pese a las amenazas de la policía, lograron visibilizar sus demandas ante la Intendencia”, señala Rojas Tapia.
Esa movilización no solo consiguió mejoras temporales, sino que marcó el inicio de una conciencia gremial que se extendería por décadas.
Desde las fábricas de ladrillos de San Antonio hasta los fundos de Yerbas Buenas y las empresas forestales cercanas a Colbún, el trabajo ha sido siempre el motor invisible que ha sostenido la economía linarense. Sin embargo, los nombres de esos trabajadores rara vez aparecen en las calles o monumentos.
Hoy, distintas organizaciones sociales de Linares llaman a conmemorar este día no sólo con descanso, sino con reflexión, el mensaje es claro: “El trabajo digno no es un favor, es un derecho”.
En tiempos donde la informalidad laboral y la precarización afectan a miles, recordar el pasado es más urgente que nunca. El Día del Trabajo no es solo una fecha en el calendario: es una oportunidad para honrar la dignidad de quienes levantan esta ciudad con sus manos cada día.